La humanidad nos debe su (posible) salvación y todo el horror y genialidades (hasta es posible la idea de una vida o 2 más para todxs si conseguimos controlar la materia cercana) del presente, pasado y futuro hacia y de lxs nuestrxs*. Por suerte para ellxs, nosotrxs estamos aquí, y agachar la cabeza no les llevará a la sangre (per sé).

Por mi parte, estoy dispuesto a ser ese mal necesario para proteger a nuestro pueblo.

El arma es el arma, cada cosa en su sitio.

A partir de ahora solo sirvo a lxs nuestrxs. Si el sapiens quiere algo no será gratis.

Un saludo desde aquí al pueblo judío.

PD: Todavía no sé si “mi identidad”, de hombre autista que por fin voy asumiendo, recuperando, un poco como volver a tener carne, mi separación necesaria, puede ser un punto de apoyo y/o/u parte/objeto inamovible de la mente.

* Esxs a quienes llaman autistas.